sábado, 9 de octubre de 2010

Día 1 - Tanteando Quito

Jueves 30 de septiembre, al mediodía. Llega al celular un mensajito de texto. “Hay una rebelión en quito”. La primera impresión es, desde luego, “pucha… justo ahora?”. A la noche, con mucha más información y con los acontecimientos más avanzados, la idea cambia, “que bueno hubiera sido estar ahí”.
El sábado 9, una semana más tarde, llegamos a Quito después de un viaje… existe la costumbre de decir que el viaje es siempre agotador, pero la verdad que fue un viaje muy tranquilo, salvo por una demora de 45 minutos, que nos anudó la garganta en la conexión de Lima… entonces, después de un viaje muy tranquilo.
Después de dialogar en el aeropuerto con un muchacho de información al turista, que nos pasó muchísima información práctica, tomamos un taxi desde la terminal nacional, para gastar menos, claro.
Como la premisa del viaje es conversar mucho con la gente, comenzamos a preguntar al taxista. Comienzo yo, con cultura popular. “Hay algún partido (de fútbol) a la noche?” –No. -Me responde. –Ayer jugó la selección.- Que colgado, pienso, si es fecha de selecciones. –Perdimos 1 a 0 con Colombia.- Me dice. La compu recomienda desviar el tema. -Y en la semana no juegan aquí en Quito?. –No. -Responde en seco. Mi hermana acude en mi ayuda. –Y cómo están viviendo las cosas que pasaron la semana pasada?-. Ahí el tipo se pone más cómodo y se empieza a despachar. Que ya está todo terminado, que no pasó nada, que el problema fue que desde el gobierno no supieron explicar bien las medidas… El tipo lo bancaba a Correa. Desde luego que puede habernos tocado la excepción. Pero justo nos subimos a un taxi que banca a un gobierno populista. Eso, en Baires, no nos pasa muy seguido. O el proceso implica realmente un cambio adentro del sistema político-social en el país, o la oposición y los medios no saben llegar bien a la gente a la hora de “manchar” al gobierno.
El tipo sigue un poquito más. –La diferencia es que antes los gobiernos entregaban la plata para financiar cosas y siempre se iba por otro lado. Ahora controla. Por eso también hay problemas en la universidad. Porque el tipo les pide que informen en qué la gastaron-. Dice que con la autonomía universitaria nadie controlaba nada.
Nos instalamos en el hotel Ambassador (el nombre dice más de lo que realmente es) y salimos a caminar un poco. Anochece a las seis y media… estamos cansados. Suficiente para un primer día.

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