miércoles, 20 de octubre de 2010

Día 10 - Welcome to the jungle

Partimos entonces el lunes por la mañana. El trayecto en bus hasta donde comenzaríamos la travesía estuvo marcado por el reconocimiento de nuestros partenieres: una pareja de franceses “adultos adolescentes”, como ellos mismos se describían y tres jóvenes (un varón y dos chicas) alemanes. El, escapando del servicio militar, había ingresado en un proyecto de intercambio idiomático en la provincia de Esmeraldas. Ellas, inmersas en el mismo proyecto, buscaban encontrar nuevos caminos para sus vidas.Y Luis, el ghia que me recordó mucho al que tuve en Perú, aunque se notaba que en este caso la tenía más clara.Llegamos a Arajuno, nombre del cantón, un nivel de estructura estatal en lo que para nosotros sería un intermedio entre provincia y municipio, y tomamos una camioneta hacia la comunidad. Apenas llegamos a Shiwakocha, algo incómodos ante la atenta mirada de sus pobladores, Luis nos sugirió que nos refrescáramos en las aguas del río, antes del almuerzo.Luego de cargar energías con un guacamole, conociéndonos más y conociendo a Salomón, nuestro ghia interno de la comunidad, salimos a dar un paseo por la selva. El trayecto estuvo marcado por una primera parte en selva primaria, que son los terrenos más parecidos a los bosques, con grandes árboles y bastante espacio para caminar; y luego por selva secundaria, con mucha más flora y marcando el camino con machete en mano.Al regresar conocimos a Rosario, la tía de Salomón, dueña y señora de la casa. Luego de la cena nos quedamos con varios de la comunidad conversando y bebiendo caipirinha. En realidad, Luis había conseguido una bebida de caña que ellos bautizaron 25, porque la botellita de 350cc cuesta un dólar, pero la bebida es tan fuerte que con 25 centavos te alcanza para una buena borrachera, así que Jean Paul sugirió añadir lima y azúcar. Entre copas, Salomón nos contó parte del proceso, muy complejo, de convencer a la comunidad de traer turismo para que conozcan, principalmente, sus luchas contra la minería, la deforestación y la extracción descontrolada de petróleo. Básicamente, la destrucción de la selva, su espacio de vida.Al final, sólo quedamos Luis, Salomón y yo; hasta que nuestros cuerpos dijeron basta y nuestros párpados nos forzaron ir a descansar.

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