La entrevista con Catherine Walsh estuvo, básicamente, de más. Me remitió a su libro y respondió de manera ambigua la mayoría de las preguntas que, por cierto, fueron muy pocas. Creo que no estuvimos allí más de 20 minutos. No sabía qué preguntarle… Me queda un gusto amargo, pero la certeza de que, al menos conmigo, no se dejaba sacar el jugo.
Pasamos por la oficina del Rector, Enrique Ayala Mora, y pedi una cita con él, dejando la carta de presentación que redacto el director de mi maestría. Me pareció que no les importó.
Casualmente pasamos por la oficina de Ariruma Kowii, allí en la Universidad Andina. Nos dio su tiempo y nos dio también el tiempo que habíamos ganado con Walsh y nos quitó el tiempo para llegar puntuales a la entrevista con Floresmilo Simbaña, a quien llamamos para avisar que llegábamos media hora más tarde (es que también necesitábamos almorzar). En el manual del buen entrevistador debería decir: “cuando tu hermano te toca la rodilla por debajo de la mesa, debes terminar la entrevista”. Habló y habló y habló. No respondió casi ninguna de mis preguntas, y evadió directamente cualquiera con implicancias políticas. En general, fue muy crítico con la CONAIE. No dio muchos detalles de las razones de su distanciamiento en los últimos años, aunque aclaro que “si lo llaman” él siempre está dispuesto a colaborar. Cuestionó el concepto de “líderes históricos” que utilicé para referirme al Lucho Macas y Nina Pacari entre otros, y sin dudas se posicionó a favor del gobierno de Correa.
Terminamos con la cabeza limada y con pocas esperanzas respecto de la tercera entrevista, con Floresmilo, a las 14.30hs. en la Fundación Kawsay. Por suerte, fue la mejor hora y media del día. Es algo así como el arquetipo de intelectual que estoy analizando, con la particularidad de que pertenece a la generación más joven. Dijo que dentro de su generación no hay muchos intelectuales orgánicos al movimiento. En su mayoría, han sido cooptados por el financiamiento externo o disciplinados por Ong´s, siguiendo un poco el mismo análisis de Dávalos; pero con la diferencia de que sí me habló directamente de la intelectualidad indígena. Incluso conversamos sobre los debates de fines de los ´70, y planteó que a través del partido comunista, se leía a Mariátegui… Eso me abre otro eje de análisis que no sé si podré profundizar en este viaje. Me pasó el teléfono de Luis Fernando Sarango, rector de la Universidad Intercultural y de Blanca Chancoso, dirigente histórica.
Casualmente pasamos por la oficina de Ariruma Kowii, allí en la Universidad Andina. Nos dio su tiempo y nos dio también el tiempo que habíamos ganado con Walsh y nos quitó el tiempo para llegar puntuales a la entrevista con Floresmilo Simbaña, a quien llamamos para avisar que llegábamos media hora más tarde (es que también necesitábamos almorzar). En el manual del buen entrevistador debería decir: “cuando tu hermano te toca la rodilla por debajo de la mesa, debes terminar la entrevista”. Habló y habló y habló. No respondió casi ninguna de mis preguntas, y evadió directamente cualquiera con implicancias políticas. En general, fue muy crítico con la CONAIE. No dio muchos detalles de las razones de su distanciamiento en los últimos años, aunque aclaro que “si lo llaman” él siempre está dispuesto a colaborar. Cuestionó el concepto de “líderes históricos” que utilicé para referirme al Lucho Macas y Nina Pacari entre otros, y sin dudas se posicionó a favor del gobierno de Correa.
Terminamos con la cabeza limada y con pocas esperanzas respecto de la tercera entrevista, con Floresmilo, a las 14.30hs. en la Fundación Kawsay. Por suerte, fue la mejor hora y media del día. Es algo así como el arquetipo de intelectual que estoy analizando, con la particularidad de que pertenece a la generación más joven. Dijo que dentro de su generación no hay muchos intelectuales orgánicos al movimiento. En su mayoría, han sido cooptados por el financiamiento externo o disciplinados por Ong´s, siguiendo un poco el mismo análisis de Dávalos; pero con la diferencia de que sí me habló directamente de la intelectualidad indígena. Incluso conversamos sobre los debates de fines de los ´70, y planteó que a través del partido comunista, se leía a Mariátegui… Eso me abre otro eje de análisis que no sé si podré profundizar en este viaje. Me pasó el teléfono de Luis Fernando Sarango, rector de la Universidad Intercultural y de Blanca Chancoso, dirigente histórica.
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