jueves, 21 de octubre de 2010

Día 13 - La Playa

Mompiche es una bahía fantasma. Su nombre se puso a la moda, aparentemente, en todo el mundo pues la gente que se encuentra aquí habla diversos idiomas. Sin embargo, acceder a ella parece una gran aventura. Para llegar hay que tomar un bus, desde Atacames, que nadie sabe a qué hora sale ni cuánto tarda en llegar.
Sus playas son de unos diez kilómetros de longitud, de los cuales el pueblo sólo ocupa uno. Aquí todos se dedican a la pesca o al turismo, no hay otra cosa para hacer. Y si bien se dice que es una playa de surfistas, realmente no hay tantos y las olas no alcanzan el metro de altura, aunque, claro, la temporada arranca recién en… un mes.
Es un sitio realmente muy tranquilo en donde el permanente sonido del rompimiento de las olas sobre la orilla, luego de un rato se hace parsimoniosamente adictivo.
El agua es cálida día y noche; y cuando uno se mete, inevitablemente debe compartir el espacio con los cuantiosos pelícanos, verdaderos dueños de este pedazo del Pacífico.
Hay otro tipo de aves, negras como cuervos, de las cuales nadie sabe su nombre, ni cuándo llegaron, pero sólo aparecen por la mañana, cuando se lleva a cabo el espectáculo de los pescadores, que sacan del mar sus redes de unos 200 metros de extensión con el enorme esfuerzo de diez o quince personas y al llegar las marítimas presas a la orilla, estas aves se abalanzan sobre ellas para robar algún bocado.
Por la tarde, el sol cae sobre el morro que está al sur, que nos priva de ver la fusión del centro del sistema solar con el océano, espectáculo que sí se puede apreciar en playas más sureñas.
Termino de escribir estas líneas y llega el bus que, creo, me va a llevar lejos de aquí. Las grandes máquinas ya llegaron a este paraíso que hace unos años casi ni existía. La construcción es el nuevo negocio. Hoteles y caminos se están haciendo para que, en poco tiempo, mucha más gente se acerque a pasar sus vacaciones. La virginidad ya se perdió. Es hora de caer bajo las insaciables fauces de la colonización turística, que no deja belleza natural sin devorar.

No hay comentarios: